El fetichismo de la mercancia



El capitalismo es un sistema económico, social y cultural que pone gran empeño en externalizar los daños. Es decir, que se preocupa mucho por ocultar e impedir que veamos las relaciones de dominación/explotación; los escaparates se nos presentan llenos de colorido, de productos fantásticos en brillantes envoltorios que parecen caídos del cielo, escondiendo las condiciones de las personas que los han fabricado.

Karl Marx es el autor que mejor explica este fenómeno llamado "El fetichismo de la mercancía". De esta manera, Marx describe como en la sociedad capitalista donde existe una producción masiva de mercancías, los productos son dotados por nuestra percepción de un aura sobrenatural o fantasmagórica, adquiriendo una voluntad independiente de quienes los han producido. Esto a su vez, oculta la explotación a la que es sometido el proletariado, ya que la mercancía se nos presenta a los consumidores ocultándonos el proceso de explotación previo.

"El carácter misterioso de la forma mercancía estriba, por tanto, pura y simplemente, en que proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo, un don natural social de estos objetos y como si, por tanto, la relación social que media entre los productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relación social establecida entre los mismos objetos, al margen de sus productores".

 

K. Marx El Capital, Libro primero, Volumen I, Sección I, Cap. I, La Mercancía.


Todo el proceso descrito ha adquirido unas dimensiones aún más sofisticadas a causa de la publicidad y el avance del dominio en el plano cultural de las lógicas económicas capitalistas. Resulta cada vez más difícil saber que historia de explotación hay detrás del producto que sostenemos en las manos. Además, a buena parte de la población no le importa mucho.

El mismo dispositivo móvil con el que escribo estas frases esconde historias terribles de esclavitud en minas de coltán, material fundamental para su fabricación, pero nadie se acuerda de los niños y las minas de coltán cuando saltan los me gustas en la pestaña de notificaciones.


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