El omnívoro cultural

¿Conocéis el concepto del Omnívoro cultural? He desempolvado los apuntes de antropología social y me he encontrado con este interesante concepto.

El término de omnívoro cultural muestra el surgimiento de una pauta de consumo cultural muy amplio y diverso. Esta palabra cobra sentido en la investigación que realizó el sociólogo Richard A, Peterson a principios de los 90. Peterson descubrió una tendencia de las clases altas de EEUU hacia un patrón de consumo y gustos culturales que adoptaba también patrones de la clase trabajadora. Dicho factor era una novedad, pues anteriormente las clases elitistas se diferenciaban claramente a través de un consumo y gusto elitista, también denominado snob o unívoro.

La investigación descubrió un patrón ligado a cambios generacionales. En concreto, una brecha de consumo cultural entre las personas nacidas antes de la 2GM y en la posguerra. Según Peterson, esto se podría interpretar gracias a cambios en la manera de comunicarse y relacionarse ligados a transformaciones en el ámbito educativo y comunicativo. Estos cambios hicieron que las fronteras entre el consumo y el gusto de clase se redujeran.

Es muy interesante esta temática que la sociología de la cultura expone, por ejemplo, a través de investigaciones como la de Peterson. Vemos por tanto que los gustos culturales y artísticos están en constante interrelación, se influencian y también compiten.

La cultura y el arte son dos campos fundamentales para generar cosmovisiones y formas de ver la realidad. No es casualidad que muchos movimientos culturales anticapitalistas o antielitistas hayan acabado convirtiéndose en una "moda" o Alejándose de su poso discursivo reivindicativo.

Por ejemplo, el rap surge con letras reivindicativas, antirracistas y antisistema. Sin embargo, ha ido copando cada vez más cuota dentro de este estilo musical el discurso individualista, neoliberal y materialista hasta la saciedad, (de lo anterior sigue habiendo por suerte).

El trap surge como un estilo musical posterior al rap, pero influenciado directamente de este. Sin embargo, la mayoría de sus canciones giran alrededor de un nihilismo individualista (no hay futuro) y por eso se justifica un comportamiento basado en el conseguir dinero como sea, el carpe diem, y el hedonismo sobre las drogas y el sexo. Esta visión también tiene su contrapartida, pues puede que sea un fiel reflejo de cómo nos sentimos los jóvenes hoy en día. Pero la pregunta es: ¿No hay alternativa de sentirse diferente?,¿por qué la industria cultural da espacio a estos discursos y no a otros?, ¿a quién le conviene que no haya futuro?, ¿a quién le conviene que nuestros gustos y consumo cultural se regocije en dichos imaginarios?.

En definitiva, la lucha de clases se ve inserta también en los gustos culturales y artísticos, un ámbito que, en ocasiones, permanece demasiado velado. Es por eso que la sociología de la cultura e investigaciones como la de Peterson son fundamentales.

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