Interstellar desde la sociología

INTERSTELLAR DESDE LA SOCIOLOGÍA

Portada promocional de Interstellar (2014).

Se cumplen 8 años del estreno de una de mis películas de ciencia ficción favoritas: Interstellar¿Existen mensajes sociológicos en ella? Por supuesto. Así que vamos a analizar algunas dimensiones interesantes de este film.

El argumento de Interstellar nos lleva a un mundo apocalíptico y no muy lejano en el tiempo. El planeta Tierra se va a volver inhabitable en las próximas décadas, la degradación del ecosistema terrestre global es irreversible. La humanidad se queda sin comida y todos los esfuerzos productivos se vuelcan en esta función: obtener alimentos. 

Parece un futuro ya no tan distópico con la crisis climática soplándonos en la nuca cada vez más.


La sociología en Interstellar: Paternidad y amor

Voy a resaltar dos cuestiones principales que vertebran el film y que creo que son interesantes desde un punto de vista sociológico. La primera de ellas es destacar que la película se centra principalmente en la cuestión del amor como concepto.

En primer lugar, la relación entre Cooper (McConaughey) y su hija Murphy Murph (Jessica Chastain) es el principal motor de la trama. Cooper decide salir al espacio interestelar para salvar la vida de sus hijos, aun con el precio de renunciar a una vida con ellos. Cooper es un padre viudo que vive con su suegro. Es un brillante piloto e ingeniero que trabaja de agricultor (casi todo el mundo lo hace porque no hay comida), se siente frustrado por el futuro. Además, cría a sus hijos desde un punto de vista cariñoso, pero profundamente positivista. Es un empirista nato, no cree en una noción mágica o más espiritual del amor o la propia existencia más allá de lo científicamente comprobado (yo soy del equipo de Cooper). Como se verá al final de la trama, se acabará tragando sus propias palabras.


Cooper con sus dos hijos. Foto extraída de FilmAffinty. 

Por otro lado, la científica Amelia Brand (Anne Hathaway). Acaba siendo una compañera de viaje inesperada de Cooper. Los dos zarpan juntos a la inmensidad del espacio con el objetivo de cruzar un agujero de gusano y llegar a planetas potencialmente habitables, con el fin de darle una segunda oportunidad a la humanidad.

Amelia y su padre, el profesor John Brand, protagonizan la otra historia de amor entre padre e hija. En este caso, John Brand manda a su hija hacia la misión desesperada de encontrar un planeta habitable, pero no para salvar a la humanidad actual, sino con el pretexto de salvar a la raza humana, pues para él la humanidad ya está condenada.

 

La sociología en Interstellar: un viaje espacial hacia el significado del amor

El contexto de la misión de los protagonistas de Interstellar está situado sobre unas misiones anteriores: las misiones lázaro. Donde diferentes científicos ya visitaron los planetas para encontrar uno habitable.

Existen dos señales de dos planetas diferentes, pero por contratiempos espaciales (olas más altas que montañas) que les ocurren en su primer descenso planetario, es muy probable que solo puedan ir a uno. Es aquí donde surge uno de los debates más explícitos sobre el amor en la película:



En este debate Brand intenta convencer a Cooper de que deben ir al planeta de Wolf, su antigua pareja, y le da como argumento que quizá, en esa tesitura tan peculiar, deban guiarse simplemente por el amor, una dimensión que la humanidad no comprende en su plenitud.

Esta escena me gusta particularmente porque yo estoy siempre en la posición de Cooper en la mayoría de conversaciones con mis allegados, soy un carcamal defensor de la objetividad y la ciencia. 

Pero bueno, a lo que íbamos, Cooper se acaba dando cuenta de su equivocación al final de todo, pues acaban yendo al otro planeta, se encuentran con el doctor Mann (Matt Damon), este se ha vuelto loco por vivir años en profunda soledad y casi acaba matándolos.

Al final del trayecto, Cooper intenta volver con sus hijos atravesando el agujero de gusano y aquí, cuando parece que va a morir, acaba entrando en una cuarta dimensión, creada por una humanidad mucho más avanzada.

Cooper viendo a su hija después de atravesar el agujero de gusano.

En ella puede interactuar con su hija a lo largo del tiempo, siendo el vínculo que les une (el amor entre ambos) la herramienta que los humanos del futuro utilizan para salvar a la especie humana. Cooper le da los datos matemáticos y físicos que han obtenido en su misión en morse. Y gracias a esto Murph puede construir grandes estaciones espaciales parecidas al Toro de Stanford que contienen gravedad propia y son actas para la vida humana en el espacio, salvando así a por lo menos parte de la especie.

 

La sociología en Interstellar: El capitalismo verde.

El otro punto a destacar es el mensaje sobre el futuro de la humanidad. En Interstellar se defiende que la humanidad no está destinada a morir en la tierra, que su futuro está en colonizar nuevos espacios en un avance infinito.

La película cae en esa dimensión tan de moda de las distopías actuales, que acaban imaginando todo tipo de peripecias antes de reconocer que nos hemos vuelto una sociedad herida de muerte que debe cambiar las inercias del sistema capitalista.

Aunque soy un ferviente defensor de la ciencia como herramienta para vivir mejor, más sosteniblemente y hacer frente a la propia crisis climática. También rechazo esa concepción enfermiza del progreso capitalista como arma que vale para todo.

Este discurso ligado a la modernización ecológica plantea un equilibrio que busca la racionalidad económica en pro de la sostenibilidad a través de un proceso de ecologización de la economía. Una propuesta que parece que cobra fuerza cada vez más en las sociedades occidentales. Sin embargo, esta propuesta ligada el denominado “capitalismo verde” no tiene en cuenta que sus soluciones son únicamente viables en países industrializados, dejando de lado los países menos avanzados tecnológicamente. Además, muchos estudios afirman como algunas de las grandes soluciones del capitalismo verde son inviables actualmente también desde un punto de vista científico.

En definitiva, Interstellar es una película fantástica, de mis favoritas, plantea cuestiones actuales y trascendentales y tiene una calidad visual única, pero, aunque se empeñe en vislumbrar nuestro futuro en las estrellas, yo sigo apoyando uno sobre la tierra que pisamos.



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